miércoles, 7 de noviembre de 2012

Un domingo cualquiera

Un domingo cualquiera puedes echarte al camino y pedalear, y disfrutar del campo y del paisaje. Dejando atrás el estrés diario de la casa el trabajo y la mujer.

Un domingo cualquiera puedes perderte por antiguos caminos ya olvidados. O salir y descubrir nuevos rincones donde desayunar tranquilamente charlando con los amigos. Sin prisas, sin presión, comentando la ruta realizada y por realizar.

Un domingo cualquiera tendrás que apretar los dientes, mientras escalas con tus últimas fuerzas la sempiterna cuesta que te lleva desde el lago a la isla. Y suspirarás, y resoplarás sobre tu máquina, mentalizandote que cada vez más cerca esta la meta y junto a ella, siempre espera una cerveza.

Un domingo cualquiera podrás relajarte con los amigos, con la satisfacción del trabajo realizado. Y tranquilammente podrás tomarte una cerveza fresquita, mientras sesteas arruyado por el rumor de las conversaciones bajo el plácido sol de la tarde.